Todas las historias sobre conflictos bélicos nos transmiten sufrimiento, el dolor de las personas civiles, que las padecen en mayor o menor medida. Los niños, las víctimas más inocentes de hechos y situaciones deplorables, ellos, que un día vieron como sus vidas se implicaban forzosamente en guerras que no habían provocado, situaciones creadas por la sinrazón de intereses extraños e incomprensibles, una espiral violenta en la que ciudadanos normales de pueblos y ciudades pasaron de vivir de forma tranquila a ser víctimas directas de la locura más extrema.
Héroes, se compone de tres relatos cortos sobre soldados, desplegados en misiones humanitarias en zonas de conflicto, fueron espectadores de privilegio de las mayores injusticias y atropellos a los habitantes de estos países, una arbitrariedad que en muchos casos no pudieron detener a tiempo, además el libro contiene un completo dosier sobre las misiones llevadas a cabo por el Ejército Español durante estos años de despliegue en zonas de conflicto y un resumen homenaje sobre periodistas y fotógrafos de guerra, testigos indiscretos de estos conflictos pero que con su labor nos hicieron llegar las informaciones de lo que ocurría prácticamente en tiempo real en las guerras que asolaron nuestro mundo durante mucho tiempo.
En esta novela viven en permanente tensión tanto los soldados protagonistas como las personas autóctonas de los países donde se desarrolla la acción.
El teniente le miró fijamente, una calma tensa quedo flotando en el ambiente, como presagio de un enfrentamiento verbal inevitable por las continuas provocaciones del serbio.
-Mire, yo soy militar profesional, estoy aquí bajo bandera de la ONU, a mí y a mi gente nos protege la ley internacional, su presidente ha firmado una resolución que llevo en el bolsillo, si quiere se la puedo leer, pero dudo mucho que entienda los términos del acuerdo, pero la tiene que respetar, somos soldados Españoles y Franceses en misión humanitaria, vamos a repartir la ayuda y nos quedaremos aquí todo el día, el tiempo que sea necesario o el que nuestro mando estime oportuno y como uno de mis hombres tenga el más mínimo problema, solo tengo que hacer una llamada y solicitar apoyo aéreo, con las coordenadas de tiro que tengo en mi blindado, y le borro del mapa a usted y a toda su artillería. Le sugiero que ordene a sus francotiradores, que tengan mucho cuidado con lo que hacen, ahórrese sus amenazas por que le aseguro que tendrá que lamentarlo, y por favor retire los tanques para facilitar la descarga de los camiones.
El rostro de aquel hombre frio y calculador, cambió radicalmente de semblante, se tornó serio, se acercó al teniente, exhalo una bocanada a su cigarrillo, y expulso el humo a pocos centímetros de la cara de nuestro oficial, de forma grosera y provocativa.
-Ustedes protegen a esos salvajes, y yo estoy aquí para cumplir las órdenes de mi presidente, y ¿sabe cuáles son?, impedir que esta gente se anexione un territorio legítimo de Serbia, mire no se enfade, yo admiro España y además soy seguidor del Real Madrid, voy a colaborar en lo que pueda pero cuando este alto el fuego acabe, le recomiendo que no se inmiscuya en nuestras operaciones militares.
- Y para cumplir esas órdenes ¿tiene que masacrar a ancianos, mujeres y niños?, ¿llama salvajes a estas personas?, ¿cómo le pueden hacer daño?, ¿con el palo de una escoba?, ¿esa niña de ahí?, ¿acaso la muñeca que lleva en sus manos es un arma peligrosa?, ¿habla usted de guerra? Esto no es una guerra, es un genocidio, miles de civiles han sido masacrados, fusilados o desaparecidos hasta ahora, no me haga reír, mire la diferencia entre usted y yo es muy sencilla, usted mata inocentes y yo he venido aquí para protegerles de usted, y ahora ya no pido su colaboración, se la ordeno, la resolución de Naciones Unidas lo dice bien claro, y su presidente acepto la mediación de los cascos azules bajo el mando de UNPROFOR para asuntos civiles, le repito que si ustedes quieren matarse me parece perfecto, antes regresare a mi país, pero como en lo que queda de día, escuche un disparo o cualquier persona civil de esta ciudad, o personal del contingente francés y español se corte afeitándose, aténgase a las consecuencias, buenos días.
Base Española de Qala i Naw, provincia de Badghis, Afganistán, Septiembre de 2009, séptimo año de la operación ISAF (17) (Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad).
Hoy ha sido uno de los días más amargos de mi vida, el hermano mayor de Molina, nuestro tirador de precisión, ha sufrido un accidente de tráfico en España. Antes de salir para la ruta nuestro Coronel nos ha requerido para informarnos de la noticia en el edificio de Plana Mayor de Mando.
A las siete de la mañana el Capitán Ruiz, el Teniente Navarro, el Sargento Rodriguez y yo esperábamos al Coronel con rostros serios e impacientes por saber lo que ocurría.
El Coronel entro de forma precipitada al despacho donde les esperábamos.
-A la orden de Usía mi Coronel.
-Buenos días, resumiendo, el hermano de Molina ha tenido un accidente de tráfico y se encuentra muy grave, más bien clínicamente fallecido. No tenemos otro tirador de momento, así que no podemos darle la noticia hasta que volváis, sé que es una faena pero la orden llega de Madrid, esta noche hablare con él pero hasta que no sepamos cómo evoluciona el chaval no quiero que Molina sepa nada, creo que entendéis el motivo, no podemos prescindir de un tirador como Molina, y para colmo de desgracias mañana el hermano cumplía años.
-¿Alguna pregunta?
Nos quedamos mudos, sin saber que decir, tan solo miramos al Coronel.
-A la orden de Usía mi Coronel.
Pasan las horas y durante toda la jornada me he tenido que morder la lengua en varias ocasiones cada vez que hablo con Juanjo.
-Molina, el capitán quiere que os adelantéis hasta aquel montículo para montar un puesto de observación, no quiere sorpresas cuando pasemos por la vaguada.
-A la orden mi primero. ¿Sabe? tengo ganas de llegar esta noche a la base, mañana es el cumpleaños de mi hermano mayor Pablo y quiero intentar hacer una videoconferencia con él y con mis padres.
Mi corazón comenzó a latir de forma descontrolada mirando a aquel chaval de veinte años, la garganta quedo seca en segundos y tuve que forzar una sonrisa para no delatar la situación.
-Vale Molina, claro, en cuanto lleguemos llamas a casa.
El chico me saludo y dando una palmada en la espalda a su observador, corrió a realizar la orden que le acababa de dar. El nudo en mi garganta me impidió decir nada más, la sensación de desconsuelo irradio todo mi ser, no pude dejar de pensar cuando mi compañero recibiera la noticia por parte del mando.
Choque emocional.
En una ocasión el alumno pregunto al maestro.
-¿Algún dia podre aprender toda su sabiduría?
El maestro contesto.
-Tan solo podrás aprender de mi lo que necesitas para emprender el camino, el resto de la sabiduría la encontraras durante el recorrido...
Qeysar, provincia de Faryab, Afganistán 4 de Agosto de 2009
Habíamos estado toda la noche observando aquella aldea donde además de mujeres y hombres, decenas de niños mal vivían. Los talibanes (28) habían ocupado aquel enclave sin ningún interés estratégico, solo para poder aplicar la ley Sharia (27), el miedo y la intimidación de estos despreciables seres, que pretendían disuadir a los niños en su afán de estudiar y saber algo más que jugar con pelotas era según el profeta una actividad demoniaca y tenía que ser prohibida.
Durante toda aquella interminable noche y con los medios de visión nocturna habíamos visto todo tipo de atropellos e injusticias sobre aquellos seres sin ninguna posibilidad de defensa. El líder del poblado había sido asesinado por la protesta lógica del más que claro abuso de poder, y algunos niños más mayores que habían intentado escapar ahora debían restar a su cuerpo una de sus extremidades que vilmente con machetes los insurgentes habían cortado con saña y verdadero odio. Un estado latente de locura que había que detener, pero había que esperar a la orden de intervención que se hacía esperar de forma eterna.
- Como no intervengamos no va a quedar nadie para contarlo mi capitán.
El Capitán me miro con cara seria, no parecía el mismo hombre que había llegado en el mismo avión que el resto de componentes de aquella unidad, aquel oficial de buena familia y mejor educación, perfectamente pulcro en su vestir y aseo, ahora parecía más un paramilitar de cualquier milicia de las que hay en muchas partes del mundo, su rostro con barba de varios días y demacrado denotaba cansancio tanto físico como mental, aquel uniforme y equipo delataba días de trasiego por montañas y llanuras.
Soldados, Los nuestros
Múltiples son las misiones en las que ha participado y está presente en la actualidad el Ejército Español, Cuerpo Nacional de Policía y Guardia Civil. Desde su primera salida en Bosnia y Herzegovina, pasando por Kosovo, Afganistán, Líbano, República Centroafricana, Yibuti, Somalia, Mali, Irak, Turquía y Estonia. Las Fuerzas Armadas Españolas, también han participado en los últimos años en otras misiones, sobre todo como observadores, en Albania, Mozambique, República de Macedonia, Indonesia, Darfur (Sudán) República Democrática del Congo, Gabón y en Senegal, para asegurar el tráfico marítimo en el Cuerno de África.
Este último con un contingente de 33 Guardias Civiles y Policías Nacionales junto con dos patrulleras y un helicóptero. Además, en 2015, 46 militares de la Unidad Militar de Emergencias y doce Guardias Civiles del Grupo de Alta Montaña de Jaca, acudieron en ayuda humanitaria y de rescate al Terremoto de Nepal, junto con 6 perros, tres policías científicos, y un Boeing 707 de transporte de suministros del Ejército del Aire.
En estos años las misiones llevadas a cabo fueron básicamente humanitarias, aunque el grado de profesionalidad de nuestros hombres y mujeres llevaron al Ejercito a poder realizar con éxito otro tipo de misiones, como de interposición entre partes en conflicto, adiestramiento de tropas de otras nacionalidades, control de zonas para supervisión de alto el fuego, lucha contra el yihadismo, lucha contra la piratería en el Océano Indico, reconstrucción y reparación de daños de guerra y ayuda en desastres Naturales.
Misiones llevadas a cabo en todo el mundo. Europa, África, Asia, América Central, América del Sur, así como la misión de investigación en la Antártida. Durante todo este tiempo miles de hombres y mujeres de diferentes unidades han trabajado dando lo mejor de sí mismos, por un noble ideal, llevar la paz y la estabilidad a los pueblos oprimidos. 170 de ellos, dieron su vida con valor y abnegación, un alto coste en vidas humanas que los españoles recordaremos con admiración. Bosnia-Herzegovina, fue la primera misión internacional en la que intervinieron operativamente contingentes de soldados españoles, y fue la que abrió los ojos de una opinión pública que estaba, quizás, demasiado condicionada por el pasado militar de España. De hecho, gracias a esos soldados, las Fuerzas Armadas son hoy en día, una de las instituciones más valoradas por los españoles.
País: Bosnia-Herzegovina, 1992 / 2015
Un total de 692 periodistas trabajaron empotrados en unidades militares durante la guerra de Irak. Cerca de 300 organizaciones, un 20% extranjeras, demandaron tener acceso al sistema, entre ellas, la cadena árabe Al-Jazeera o la agencia de prensa china. Tres de cada cuatro empotrados pertenecían a medios estadounidenses, un total de 514. El resto trabajaba para medios de 27 países, liderados por el Reino Unido, principal aliado durante la guerra de Irak, que sumó 61 profesionales empotrados, seguido de Francia (25), Japón (19) y Alemania (15).
España ocupaba la séptima posición con siete empotrados: cinco periodistas y dos cámaras. Fueron una mujer, Mercedes Gallego, y seis hombres. Uno de ellos, Julio Anguita Parrado, fallecido en un ataque cerca de Bagdad el 7 de abril de 2003. José Antonio Guardiola fue el reportero enviado por Televisión Española y con el cámara Evaristo Cañete trabajó asignado a unidades del ejército británico; la cadena pública contó con otros dos profesionales empotrados con militares estadounidenses, el periodista Ángel Orte y el cámara Miguel Ángel De la Fuente, quien durante dos semanas se quedó sólo en la unidad y ejerció de reportero y cámara al mismo tiempo.
Diez años después de la guerra de Irak, el sistema de empotrados se ha consolidado como fórmula para la cobertura de conflictos.
El ejército estadounidense y la OTAN mantienen un procedimiento permanentemente abierto y de respuesta inmediata para facilitar el trabajo con las unidades en operaciones a periodistas de todo el mundo, basta con solicitar a través de la web la asignación a una unidad militar en operaciones en las que participan y suscribir un documento que recoge las normas que deben respetar. Tras analizar la solicitud, se recibe una respuesta con los datos necesarios, cuándo y dónde comenzará el empotramiento con qué unidad de qué ejército.
Tras una revisión histórica, puede concluirse que desde la guerra de Crimea, dos elementos han condicionado especialmente la presencia de periodistas en el campo de batalla, la experiencia vivida en el último conflicto y las conclusiones que del ámbito militar se extrajeran del mismo y el desarrollo de la tecnología. Desde el momento en el que nace la figura del corresponsal de guerra, la prisa por llegar en primer lugar ha marcado su trabajo, y si los pioneros trataban de hacer llegar sus despachos sobre lomos de los caballos más rápidos pronto conocerían nuevas dimensiones en la transmisión de información: el telégrafo, el teléfono, la radio, la televisión. Cada salto tecnológico ha condicionado la cobertura de las guerras y los mecanismos de censura han exigido un nivel de sofisticación a la altura de la técnica del momento hasta que el control ha resultado imposible.
El exponencial avance de la tecnología ha obligado al ámbito militar a recuperar los modos de relación original con periodistas en el campo de batalla: en la actualidad, por encima de normas y acuerdos previos, el principio de confianza se erige en el principal mecanismo que rige esta relación.